Hablar con mujer en plaza es cosa muy descubierta
y, a veces, mal perro atado está tras la puerta abierta; es bueno disimular, echar alguna cubierta, pues sólo en lugar seguro se puede hablar cosa cierta. Mi abuelo llamado Juan José Uranga nació el 14 de febrero de 1931 en Orio, en un pueblo pequeño al lado de la costa, y tenía 2 hermanos y una hermana.
Mi abuelo desde muy pequeño le gustaba pescar, en esa época al no haber trabajo, pues a los hombres los solían mandar a pescar para traer dinero y comida a casa. El era un marinero normal y corriente pero el barco en el que trabajaba era de mi bisabuelo. A lo largo de los años mi bisabuelo murió, y entre todos los hermanos decidieron que mi abuelo sería el capitán,, se pasaba mucho tiempo en la mar pero cuando venía solía tener bastante tiempo libre. Mi abuelo cuando era joven conoció a mi abuela llamada Lucia. Se casaron muy jóvenes ya que en esa época te casabas con 20 años más o menos. Mi abuela aún sigue viva y tuvieron un hijo y dos hijas una mi madre. Mi abuelo me solía contar muchas historietas de la mar o de su infancia, por ejemplo de la mar me contó que un día muy lluvioso tuvieron una avería en el motor del barco y se quedaron tirados en medio de la nada pero en cuanto amaneció pudieron arreglarlo y volver a casa. Luego tambien me contava cosas sobre su infancia, pues que antes al no haber los móviles que tenemos hoy en día, solían salir a la calle y se solían encontrar en sitio secreto que tenían ellos y que jugaban al “pilla pilla” o al escondite… Luego también me contaba que todos los jóvenes andaban en remo, y que no eran como las embarcaciones de hoy en día ligeras, bonitas...antes pesaban mucho porque eran de madera que un día que iban remando en una embarcación de 8 personas se chocaron contra una islita y rompieron la embarcación y se tuvieron que quedar encima de la islita para que les recogieran. En los años 70 no había mucha anchoa por el Cantábrico, y como mi abuelo tenía dos barcos se tuvieron que ir al Mediterráneo concretamente a Castellón para poder mantener los barcos. Allí vivieron dos años pescando anchoa pero tampoco les fueron muy bien porque tuvieron que vender uno de los dos barcos y volver a Orio, y cuando vivían en Castellón nació mi madre. Al volver al Cantábrico tampoco había mucha anchoa y se tuvieron que dedicar a la pesca de merluza, mi abuelo siempre contaba que durante todo el año veía muy poco a toda su familia. Desafortunadamente mi abuelo murió el 7 de noviembre de 2013, hace ya tres años que no está con nosotros. Sarai Idigoras 3B |